El marisco es uno de los ingredientes que nunca falta en las comidas o cenas navideñas. Los hay quienes lo preparan de manera tradicional, y otros prueban con recetas más elaboradas y originales. Sea como sea, hay una serie de trucos que debéis tener en cuenta para que no haya ninguna sorpresa en la mesa en esas fechas tan señaladas.
Primero de todo hay que saber si el marisco es fresco o no. Las almejas, centollos o navajas deben estar vivos en el momento de comprarlos. Para saber si las gambas están frescas hay que fijarse en la cabeza: si ha oscurecido es señal de que no está en buen estado. Y los pescados tienen que tener las agallas rojas y los ojos brillantes y tersos sin estar hundidos en las cuencas. Además, si lo coges por la cola no tiene que estar rígido y las escamas tienen que estar pegadas al cuerpo y unidas entre sí.
Una vez lo tengas en casa, debes tener en cuenta una serie de trucos a la hora de cocinarlo. Lo mejor para conseguir un buen sabor es cocer el marisco en agua de mar apta para el consumo. Si no la encuentras, servirá agua con un poco de sal. A la hora de cocerlo hay que diferenciar si está vivo o no. Si el marisco está vivo se introduce en una cazuela con agua fría y se pone al fuego para que se vaya calentando. Si el marisco es congelado, primeramente, hay que dejarlos descongelar en la nevera durante 2 o 3 horas y luego introducirlo a la cazuela con agua ya hirviendo.
Consejos a tener en cuenta:
Cada marisco tiene sus tiempos de cocción, y eso ya dependerá de la receta que vayas a hacer con ellos. Puedes cocerlos, hacerlos al horno o a la plancha. Con salsa tártara, alioli o simplemente con sal gruesa. Lo hagas como lo hagas, estos trucos te ayudaran a evitar sorpresas y a sacarle el máximo partido a un producto delicioso. 😊