Es difícil encontrar a alguien a quien no le gusten las gambas. Podríamos decir que es nuestro crustáceo favorito y es un ingrediente imprescindible en días que queremos pegarnos un homenaje gastronómico. Por eso hoy queremos hablaros de las gambas, de los diferentes tipos que hay y sus características, de si es mejor comprarlas crudas o cocidas y algunos trucos a tener en cuenta para que no os tomen el pelo en la pescadería.
Hay muchas variedades de gambas, pero aquí consumimos básicamente dos: la blanca, habitual en aguas atlánticas, y la gamba roja del Mediterráneo. La blanca tiene un sabor delicado y es ideal para comer cocida. La roja en cambio es de mayor tamaño, tiene un sabor más intenso, tiene una carne firme y es más sabrosa. Es mejor comprarla cruda y a la plancha con un toque de sal gorda la disfrutarás en todo su esplendor.
Si optáis por comprar la gamba roja fresca, debéis fijaros en la cáscara. Esta tiene que ser brillante y firme y su color vivo sin zonas ennegrecidas. Es importante mencionar que las gambas no deben oler a nada, salvo a mar. Si hueles algo raro no las compres. Y, sobre todo, una vez llegues a casa… ¡directas a la nevera! Se pueden conservar tapadas con un paño húmedo para que no se sequen.
Cuando vayas a cocinar la gamba roja, el fuego tiene que estar fuerte y como hemos comentado antes, sobre la plancha podemos poner una base de sal gorda. Aunque eso no quita que les volvamos a tirar sal por encima una vez hechas. Por norma general se cocinan 3 minutos por cada lado, pero puedes ajustarlo en función del tamaño de la gamba. Si son muy grandes puedes dejarlas más en el fuego y si son más pequeñas puedes retirarlas antes.
Y se hablamos de la gamba blanca, comprarlas cocidas es una opción, pero si te gusta más comprarlas frescas y cocerlas en casa, aquí van las claves para acertar a la hora de cocinarlas:
Como decimos siempre, no hay una norma escrita en cuanto a gastronomía y lo que manda es el paladar del consumidor. Así que las hagas como las hagas o las compres más grandes o más pequeñas, lo único importante que debes tener en cuenta es que las gambas sean de calidad y que no te den gato por liebre en la pescadería.