“El buen beber y el buen yantar, todo es empezar”. Así reza este añejo refrán que, con mucha sabiduría, describe como desde antaño el arte de combinar buen vino y buenos platos forma parte de nuestra envidiada cultura gastronómica.
Desde hace un tiempo el vino, y todo lo que le rodea, está en auge y con él, el arte de combinarlo con determinados alimentos. Un fenómeno, relativamente nuevo, que mueve no sólo a la industria restauradora sino a todo el mundo editorial, medios de comunicación y redes sociales.
En definitiva, el maridaje consiste en encontrar la combinación adecuada entre vinos y alimentos cuyos elementos principales, como la textura o el sabor, se realzan con la unión y hacen del acto de comer una experiencia más placentera a nuestro paladar.
Para todo aficionado a la gastronomía, profundizar en el sabroso mundo del maridaje de vinos y platos es toda una ciencia de virtuosismo y satisfacción donde prima la creación de sensaciones nuevas, tanto en la degustación del vino como de la comida con la que lo acompañamos.
El parámetro principal a tener en cuenta en el mundo del maridaje es que hay que evitar que el vino opaque al plato y viceversa. Lo que se busca es que se potencien el uno al otro y que su combinación en boca dé como resultado una sensación placentera.
El mundo del maridaje es muy complejo y subjetivo, ya que hay comidas que a unos gustan y a otros no. Aún así, se pueden establecer algunos parámetros generales a la hora de maridar platos y vinos:
De la misma manera que hay platos que combinan a la perfección con algunos vinos, hay algunos alimentos que no casan prácticamente con ninguno:
Al fin y al cabo, todo son sugerencias. La nuestra es que vengas a La Cuina de Laietana y marides a tu gusto nuestra amplia carta de vinos y cavas con los platos de la casa que tu elijas ¿Te apetece? 😉