En respuesta a la pregunta del título tenemos que decir que sí, que el sofrito es una salsa muy saludable y muy nuestra. ¡Y menos mal que es sana, porqué es la base de gran parte de platos de nuestra dieta diaria! Y en el post de hoy vamos a explicar, con ayuda de la ciencia, porqué es tan buena para nuestra salud esta joya alimenticia.
Primero de todo cabe destacar que todos y cada uno de los ingredientes que componen nuestro tan querido sofrito son muy saludables por separado. Tanto los tomates, como el ajo, la cebolla o el aceite de oliva son alimentos sanos y muy necesarios en nuestro menú. Pero es que, si por separado son buenos, cuando los sofreímos adquieren nuevas propiedades que no estaban presentes antes de pasarlos por la sartén.
Y esto no lo decimos nosotros. Según un grupo de investigadores del CIBEROBN y de la Universidad de Barcelona, el aceite de oliva y las cebollas, cuando se cocinan juntos, liberan ciertas moléculas que son similares a los carotenoides, un beneficioso antioxidante que actúa como protector frente a enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, anemia o diabetes tipo 2.
El propósito de esta investigación era estudiar la sinergia entre los distintos ingredientes del tradicional sofrito y querían abordar el tema del efecto del cocinado en nuestra salud. Dicho en otras palabras, su objetivo no fue otro que evaluar cómo el procesado casero del sofrito de tomate y las sinergias entre los ingredientes como el aceite de oliva o la cebolla interactúan y hacen aumentar la presencia de propiedades beneficiosas.
Del estudio se desprende que es la manera que tenemos de cocinar el sofrito lo que lo hace tan beneficioso para nuestro organismo: cebolla, tomate, aceite de oliva virgen extra, ajo, fuego lento y un poco de paciencia. Según ha comentado la autora principal del estudio, Rosa María Lamuela-Raventós: “Los resultados nos permiten profundizar en el papel de la gastronomía en la salud, dentro de un patrón de dieta mediterránea”.